¿Y si Dios no juzgara? ¿Y si el amor divino fuera absoluto, incondicional, ilimitado, más allá incluso de lo que nuestra mente pudiera concebir?
Los testimonios de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) y los relatos de los grandes místicos convergen: existe un amor infinito e inalterable, una Presencia que nos ama a cada uno de nosotros, sean cuales sean nuestras elecciones o errores. Este artículo explora este mensaje profundamente conmovedor de quienes han vislumbrado el «Otro Lado».
Amor divino incondicional, revelado por los ECM
Las personas que han tenido una ECM cuentan a menudo que se han encontrado con un Ser de Luz, portador de un amor inconmensurable. Este amor no tiene nada que ver con el amor humano: no juzga, no castiga, no espera nada. Simplemente ama.
«Dios nos ama por lo que somos, total e incondicionalmente. No busca hacer justicia, sino educarnos, ayudarnos a evolucionar»
– Raymond Moody
El amor humano: una comparación necesaria e imperfecta
Incluso los que más nos quieren tienen límites. Nuestros padres, cónyuges, amigos… todos pueden decir «te quiero pase lo que pase», pero en el fondo sabemos que ciertas acciones pueden romper ese vínculo.
¿Por qué? Porque el amor humano suele estar condicionado: por el respeto, la reciprocidad, la lealtad, la moralidad…
En cambio, las ECM y las historias místicas nos hablan de un amor sin juicios, sin contratos, sin reglas.
La «revisión de vida»: un aprendizaje del amor
En muchas ECM, las personas experimentan una revisión de su vida: un momento en el que reviven cada instante de su existencia, a través de las emociones que sienten los demás.
Pero tampoco aquí hay juicios ni castigos: sólo una comprensión profunda, casi pedagógica, de las consecuencias de nuestros actos.
La revisión de vida no es un tribunal. Es una enseñanza basada en el amor, la conexión y la conciencia. Demuestra que todo lo que hacemos a los demás, nos lo hacemos a nosotros mismos.
Una conexión universal: humanos, animales, naturaleza
Las ECM también revelan un intenso sentido de la unidad: todo está interconectado. Cada pensamiento y acción influye en el tejido mismo de la vida.
Todo tiene que ver con el amor. Sentirse conectado a cada ser, a cada animal, a cada planta. El amor es la única realidad.
Ya lo decían los místicos…
Mucho antes de la aparición de la ECM en la década de 1970, sabios, santos y místicos de todas las tradiciones hablaban de un Dios misericordioso, no de un juez despiadado.
«Algunas personas describen a Dios como una especie de tirano furioso que supervisa y juzga sin piedad a los seres humanos. Distorsionan la realidad de Dios, que es el Ser misericordioso, la Fuente infinita de Amor incondicional, aceptación ilimitada y bondad eterna.» Paramahansa Yogananda
Jesús y el perdón ilimitado
Incluso a los más cercanos a Jesús les costaba creer en el amor infinito. El apóstol Pedro, pensando que estaba siendo generoso, preguntó
«Señor, ¿tengo que perdonar hasta 7 veces?»
Jesús respondió: «No te digo 7 veces, sino 77 veces 7 veces».
El mensaje es claro: el amor divino no conoce límites.
Conclusión: Un amor que transforma
Las ECM más profundas, los relatos místicos y las enseñanzas espirituales nos llaman a una revelación esencial: el verdadero Amor no juzga, acoge, libera. No depende de nuestro comportamiento. No tenemos que ganárnoslo. Está ahí, inalterable, absoluto.
La ECM, los místicos y las enseñanzas espirituales más profundas nos invitan a entrar en este amor incondicional, que es radicalmente diferente, transformador y liberador.
Sólo tenemos que abrir nuestro corazón a su presencia.
Consulta también el artículo «Ámate incondicionalmente «.
Y el artículo «La luz es alegría y felicidad «.
Así como la Declaración de Ámsterdam sobre el Amor Incondicional, elaborada por un grupo de personas que habían experimentado una ECM